Septiembre de lujo
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Se apaga la música y las luces de colores bajan su intensidad al mínimo; no hay colas ni bullas; tampoco botellones feriales ni estridencias en las playas. Aquí septiembre, tiempo de lujo para vacaciones y descubrimientos en esta Andalucía ahora más templada, cómoda y exquisita.
Siempre se ha dicho que las vacaciones en septiembre eran para los curritos y jefes más pudientes, aunque más bien creo que es una cuestión de elección, en la medida de las posibilidades. La decisión está casi siempre en cuándo va Vicente, todos juntitos y al follón, que también es vida y alegría, o el viaje sosegado, independiente y más barato.
Porque en septiembre toda la Andalucía turística está abierta para vacaciones, con los mismos servicios, atracciones, museos, playas, hoteles, tascas y lugares por descubrir que en julio y agosto, pero más cómodos y pacíficos. Una maravilla.
Sin ir más lejos, un poner. Tarde del miércoles 8 de septiembre. Playa de Carvajal, en Fuengirola, alma de la Costa del Sol: Todo a favor, con una extraordinaria temperatura, agua limpia y templada y casi la misma gente que en una playita perdida del Caribe, con la diferencia que aquí, a la caída de la tarde, uno puede engullirse un espeto de sardinas a un módico precio, manjar de manjares.
Mientras, los dirigentes, representantes, asociaciones y demás portavoces del ramo utilizan estos días para hacer recuento del verano gordo, de la ocupación, de lo que gastan unos y otros, de si han preferido caña o sangría y esas cosillas.
En el mismo periodo, la infantería de turistas agosteños ya está hasta el gorro de sus jefes y de sus paros, en una interminable ensoñación sobre la lucha por la tumbona en el verano de 2012.
Y ahí están ellos, los privilegiados, los listos, los vividores, vacacionando en Andalucía en este septiembre mágico.